GEORGINA HUDSON

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Auxilio! Niños de vacaciones

(historia personal)

Hola …. ¿Qué tal?

Este artículo está dedicado a todos los padres y/o responsables de los peques que tenemos que conciliar nuestro trabajo con las vacaciones de los niños.

Nos abruma ver a nuestros hijos sin demasiado que hacer, aburridos, enchufados a la tecnología, y sin ninguna rutina. No me extraña que muchas veces frente a este panorama, llenemos a los niños de actividades, campamentos, u horas en las colonias. No está mal si a nuestros hijos les gusta la propuesta, ¿pero qué pasa cuando ir a esos espacios les resulta pesado? ¿Qué pasa cuando cansados de tantos horarios quieren vivir sus vacaciones más relajados?

Puedes oír el podcast con este reproductor, o si prefieres la lectura tienes debajo una versión escrita. ¡Que lo disfrutes!

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PODCAST: ¡Auxilio! Niños de vacaciones (historia personal) Georgina Hudson

Nuestra bondad esencial

Creo que lo primero que tenemos que trabajar los mayores es el sentimiento de culpa que nos produce querer acompañar a nuestros hijos y no poder hacerlo o necesitar trabajar pero relegarlo en pos de entretener a nuestros niños. Lo primero que debemos hacer es darnos cuenta de nuestra bondad esencial. Este es un concepto de yoga que me resulta liberador. Relajémonos con la idea de que estamos haciendo lo mejor posible porque nuestras intenciones son muy buenas. De lo contrario, si sentimos que estamos fallando, nos vamos a auto-flagelar, y ese es un patrón sumamente tóxico. Nuestros hijos necesitan ser testigos de padres sanos emocionalmente. Si estamos irritados por sus demandas o por la frustración de no poder trabajar, es probable que les contestemos mal o los ignoremos, generándoles malestar e invalidándolos. Es más positivo hacer unos minutos de pausa en nuestras tareas cotidianas para que nuestros hijos sepan que los queremos, que estamos equilibrando nuestras obligaciones con el deseo de compartir con ellos y que, tan pronto como humanamente podamos, dejaremos todo de lado para estar con ellos. A mis hijos siempre les ha hecho bien una pregunta muy sencilla, “¿qué te gustaría que hagamos cuando termine de trabajar?”. Estas palabras son un bálsamo cuando los niños tienen todo el día por delante y no saben qué hacer con su tiempo. Lo mejor de todo es que una vez tienen ese objetivo compartido conmigo y/con mi marido, se les ocurre qué hacer hasta el momento de la salida.

Historia personal 💖

Yo tengo una pre-adolescente y un adolescente, ambos están en una etapa más independiente que años atrás y debo decir que se entretienen solos o con amigos. A los dos les gusta dibujar y crear con diferentes materiales y apps. Los dos son muy sociables. Ambos hablan y juegan mucho con sus amigos tanto en sus encuentros personales como online.

Criar a mis hijos en esta era digital es una permanente negociación sobre qué uso le darán a sus pantallas, cuánto tiempo les requiere, cómo y con quién. En lo personal, procuro estar atenta a qué están haciendo cuando los veo conectados. Si pasan un tiempo prudente entre los juegos compartidos y alguna plataforma educativa, intento relajarme. Cuento mi historia personal porque creo que la mayor parte de los padres que buscan actividades fuera de casa para sus niños temen dos cosas: que sus hijos los interrumpan o que se la pasen mirando sus móviles, tabletas, u ordenadores.

Muchas veces nuestros niños nos dicen, “¿qué puedo hacer? No tengo nada que me divierta” porque lo que perciben como aburrimiento es en realidad soledad y desconexión con la familia y con sus seres queridos. Ese es el momento perfecto para abrazarlos y dialogar unos minutos sobre sus posibilidades hasta que se sosieguen. A veces, basta simplemente con invitarlos a compartir el espacio en donde estamos, otras a pensar maneras de estar más cerca de la gente que aman. Es por eso que si los atiborramos de tareas para que no se aburran, van a interpretar que solo se pueden distraer con estímulos externos. Y si hacemos eso les vamos a arrebatar su capacidad de zambullirse dentro y descubrirse, expresarse, y auto-gestionarse, con nuestro apoyo si es necesario.

¿Qué hacer?

Desde un punto de vista práctico podemos:

  1. Priorizar nuestras tareas para tener más tiempo con nuestros hijos. Pensemos que no están de vacaciones todo el año y es una posibilidad única para vincularnos con ellos.

  2. Establecer límites. Si les explicamos a nuestros hijos que entre tal y cual hora vamos a trabajar y luego compartiremos con ellos, lo entenderán. Si se olvidan y nos interrumpen, con tranquilidad hay que recordarles.

  3. Dialogar con nuestros hijos sobre sus intereses, sueños, y qué les haría bien. Los niños tienen muchísimos recursos internos y hay que ayudarlos a liberar ese potencial.

  4. Practicar la auto-compasión. Tal vez no podamos llevar un ritmo de trabajo como cuando los niños están en el colegio, o tal vez no seamos los padres divertidos que nos gustaría ser. Sea lo que sea, trátate con el mismo amor que lo harías con alguien que amas.

  5. Facilitar recursos. Nuestros padres siempre nos decían que aburrirse nos obligaba a ser creativos. Adhiero a esa idea parcialmente. Hay que contribuir a que nuestros hijos hagan lo que les gusta. Si les gusta pintar, facilitémosle con qué. Si les gusta crear, busquemos elementos para que lo hagan, etc.

  6. Establecer rutinas para tus hijos. Mis hijos en las mañanas guardan los platos que se lavaron la noche anterior, ordenan su habitación, y sacan a caminar a nuestra perrita. Comemos y cenamos todos juntos. Ellos ponen la mesa y la limpian. Esto le da un marco al día a día.

  7. Salir de casa. En lo posible organiza tus tareas para salir con tus niños un rato. Pueden compartir el tiempo de hacer recados y luego se toman un refresco o helado, o pueden ir a la plaza, la piscina o la playa si se cuenta con un poco más de tiempo.

Lo que más quiero resaltar es que nuestros hijos necesitan ser vistos, necesitan sentir que pertenecen a nuestra tribu y a la de sus amigos, y necesitan saber que cuentan con nuestra compañía, comprensión y apoyo incondicional. Con nuestra guía nuestros hijos pueden aprender a auto-regularse, a buscar maneras de pasarla bien, de tender puentes con sus amigos, de explorar nuevas habilidades y reforzar su inteligencia socio-emocional.

Espero que te haya servido esta publicación. Si conoces a alguien que le pueda hacer bien, reenvíasela e invítala/o a suscribirse. De esta manera nos ayudamos los unos a los otros a estar mejor. Te agradecemos tu recomendación y evaluación en cualquiera de las plataformas que nos estés escuchando. Esto nos hace más visibles y nos inspira para seguir ofreciendo este material gratuito semana tras semana.

Un fuerte abrazo ❤


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