¿Preservas tu capacidad de asombro?
Hola …. ¿Qué tal?
Esta semana vamos a hablar de cómo honrar nuestra vida preservando nuestra capacidad de asombro.
A mí me gusta mucho observar a los niños porque para ellos la vida es bella. Un niño ve un pajarito o una mariposa y queda extasiado. Va al parque y ve un tobogán alto y se emociona. No sé qué nos sucede a los más grandes que la vida pasa y a medida que nos vamos haciendo más mayores perdemos esa capacidad de fascinarnos por las pequeñas cosas que nos rodean.
Puedes oír el podcast con este reproductor, o si prefieres la lectura tienes debajo una versión escrita. ¡Que lo disfrutes!
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Respiro profundo al escribirlo para asimilar bien esas palabras. El mar, las montañas, el vasto cielo azul, las noches estrelladas, los bosques frondosos, todas son ofrendas que tenemos derecho a disfrutar por el mero hecho de estar vivos, esto es algo que a mí me conmueve hasta los huesos.
En mi casa somos todos sensibles, mi hijo y yo, en un grado más alto que mi esposo y mi hija, pero todos nos estremecemos con la música que nos gusta, un paisaje bonito, una obra de teatro, una buena historia, una danza, y una buena película. Esta capacidad de maravillarnos es parte de una mentalidad, la mentalidad de asombro, de sobrecogimiento y de deslumbramiento por todos aquellos estímulos que nos tocan el alma. Yo siempre insisto en qué somos como el teflón para las cosas buenas y como el velcro para las más desafiantes o “no tan buenas”. Tenemos que aprender a no dar por sentados los milagros que se nos manifiestan simplemente por ser humanos, sean estos la naturaleza, el arte, un animal que nos hace felices, y la sonrisa de nuestros seres queridos, entre tantas cosas más.
Gratitud: un ejercicio práctico
Tener la capacidad de ver la vida como si fuera la primera vez nos permite elevar las hormonas del bienestar, nos ayuda a sentirnos uno con el universo, y también incrementa nuestra capacidad para agradecer. Me gustaría enfatizar que la gratitud no es simplemente dar las gracias por nuestras bendiciones sino la dicha que nos genera saber que la vida no sería la misma sin aquello por lo que damos las gracias. Mi profesor de neurociencias siempre nos decía que tenemos que ejercitar la mente para internalizar las buenas experiencias. Estas van a ser las que nos ayuden a ser más resilientes y a anclar los buenos momentos para atesorarlos siempre en nuestro corazón. Para esto basta simplemente con que te detengas unos segundos (12 a mí me resultan ideales) para observar lo que te rodea, respirando profundamente, y saboreando ese tiempo contactando tus 5 sentidos:
¿Qué siento en la piel en este momento?
¿Qué colores y formas puedo apreciar?
¿Qué sonidos me rodean?
¿Qué olores puedo percibir?
¿Qué puedo saborear?
Mientras inhalas y exhalas hazte esas preguntas, luego cierra los ojos, recreando todo lo que has sentido y cuando abras los ojos da las “gracias”. Verás lo poderoso que es este ejercicio tan simple. De esta manera irás tejiendo tu cerebro para estimular tu mentalidad de asombro.
La ciencia del asombro
Hace muchos años ya, cuando tuve la oportunidad de estudiar las ciencias del bienestar con educadores, terapeutas, coaches, psicólogos y científicos de todo el mundo en la Universidad de California, Berkeley, nos enseñaron los efectos de la que en aquel entonces era la incipiente ciencia del asombro o “awe” en inglés. Nos hicieron ver vídeos de paisajes impresionantes acompañados de una música que elevaba el espíritu. Aún recuerdo como los pelos de mis brazos y detrás de la nuca se paraban, cómo sentía un pequeño escalofrío, y cómo tenía ganas de llorar de emoción con esas imágenes. Comprendí que si solo por ver un vídeo de esos lugares tan mágicos con esas melodías me sentía tan afortunada de estar viva, tenía que empezar a poner en práctica la mentalidad de asombro día tras día.
Entre muchas otras cosas, los científicos de la Universidad de California, Berkeley, han concluido que la capacidad de deslumbrarnos y sobrecogernos nos ayuda a:
1. Mejorar nuestro ánimo y estar más satisfechos con la vida:
Los estudios de esta ciencia son contundentes en este aspecto. Estos hacen hincapié en lo importante que es la naturaleza y el arte para nuestro bienestar. La buena noticia es que no te tienes que trasladar, con ver un vídeo ya disfrutarás de los beneficios.
2. Aumentar nuestra salud:
Cuanto más aumenten nuestras endorfinas, dopamina, y hormonas del bienestar en general, nuestros pensamientos serán más claros y mejor serán nuestras elecciones y hábitos.
3. Pensar críticamente:
Los estudios han demostrado cómo experimentar el sobrecogimiento y el deslumbramiento favorecen a agudizar la mente y a poder distinguir los argumentos débiles de los bien consolidados.
4. Disminuir el materialismo:
Esto tiene que ver con la capacidad de trascender nuestras circunstancias presentes y sentirnos uno con algo mucho más grande que nosotros. La capacidad de asombro nos ayuda a poner todo en perspectiva.
5. Aumentar nuestra humildad:
Cuando uno puede apreciar lo vasto que es el universo, el prodigio del arte, la divinidad en la naturaleza, etc., puede poner en mayor perspectiva sus fortalezas y sus debilidades.
6. Sentir que tenemos más tiempo:
Nuestra capacidad de maravillarnos por las cosas que nos ofrece la vida, nos hace menos impacientes, nos conecta con el aquí y ahora, nos ayuda a estar más presentes y menos ansiosos.
7. Sentirnos más unidos a los demás:
Esta mentalidad nos ayuda a sentirnos un eslabón en el tapiz de la vida. Nos damos cuenta de cuánto podemos ayudar a algo mucho más grande que nosotros y nuestra realidad.
El asombro a diario
No dejes pasar la vida sin saborearla. Yo sé que es difícil y a mí a veces me pasa que parece que hiciera un sinfín de tareas en piloto automático. Intento que esos días sean cada vez menos porque no me hacen bien, me desregulan. Procuro ir por Barcelona observando las flores, las cúpulas, las calles anchas, la gente tan diversa, y me emociono hasta el alma. Cuando tengo días que me siento perezosa, me empujo a salir a dar una vuelta con mi perrita y presto especial atención a la copa de los árboles y a la luz que se filtra entre sus hojas. Otros días prendo un incienso o pongo una melodía bonita que me acompañe en mis quehaceres cotidianos. Dando pasos sencillos, intenta recuperar tu capacidad de asombro. Esto pondrá cada aspecto de tu vida en su lugar y te aportará muchísimo sosiego y dicha.
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