Hola …. ¿Qué tal?

Hoy vamos a hablar de mentalidades o marcos mentales (“mindset” en inglés). Adoptar una mentalidad o la otra puede ser un catalítico a la oportunidad y al despliegue o al repliegue y el miedo.

Comencemos con unas preguntas:

• ¿En lo académico sientes que tu inteligencia está bien pero no eres brillante como los mejores alumnos?

• ¿Te va bien en lo académico pero sientes que los deportes no son lo tuyo?

• Si alguien te critica ¿te quedas machacándote con lo que te dijeron?

• Si ves que a alguien como tú le va muy bien, ¿te dan celos secretamente?

Puedes oír el podcast con este reproductor, o si prefieres la lectura tienes debajo una versión escrita. ¡Que lo disfrutes!

Si la respuesta a las preguntas anteriores fueron mayormente afirmativas, bienvenido al mundo de los humanos.

Cuando pensamos en mentalidad lo asociamos a “mentalidad emprendedora o conservadora”, “positiva o negativa”, “burocrática o ágil” y también con acciones “piensa en grande”, “siempre ve la mitad del vaso vacío”. ¿Te suena familiar? Nuestra mentalidad está formada por los pensamientos y las actitudes que impactan en cómo nos sentimos, actuamos, y formamos nuestras creencias. Por ejemplo, una persona que una mentalidad ágil desea aprender, relacionarse con otros, y abraza los desafíos. A esta persona le va a gustar emprender. Va a experimentar y a arriesgarse. Se caerá pero se levantará con un nuevo aprendizaje. Su mentalidad va a influir haciéndolo/a sentir feliz, esperanzada, y curioso. Estas emociones a su vez van a dar nacimiento a un sistema de creencias que le van a dar poder y fuerza en la vida.

Las 2 mentalidades

Si vamos a las fuentes podemos dividir las mentalidades en dos grandes grupos:

1. Mentalidad fija/rígida

2. Mentalidad de crecimiento

Debajo de estos dos grandes grupos, se despliegan otros tipos. Cuando entiendas bien a lo que me refiero con cada una de estas mentalidades, vas a poder entender debajo de cuál se ubican las demás. La pionera en el tema Carol Dweck, doctora en psicología y profesora en la Universidad de Stanford, quien ha estudiado cómo inciden estos tipos de mentalidades en nuestra vida, y ha concluido que las personas con mentalidad de crecimiento tienen más oportunidades de que les vaya bien en la vida así como también de vivir con mayor calma. Por el contrario, las personas con una mentalidad fija, creen que la inteligencia es innata, que cada cual está dotado de unas ciertas capacidades y que éstas no pueden revertirse. Son personas que se agobian con los desafíos e imprevistos y que en consecuencia tienden a estresarse más rápido y vivir la vida de una manera más tensa.

Debajo te cuento sobre la mentalidad fija y de crecimiento en mayor detalle. De paso, te invito a ver con cuál te identificas más:

Mentalidad Fija

En términos generales una persona con mentalidad fija evitará los desafíos y se quedará en su zona de confort. Cuando se presenten obstáculos que no le resulten fáciles de resolver, tenderá a desmoralizarse. Evitará hacer esfuerzos porque no le encontrará el sentido. “Después de todo, ¿si soy malo para esto o aquello, para qué me voy a esforzar? Es una pérdida de tiempo”, se dirá. Si alguien le da una devolución que percibe como negativa, lo tomará personal y se ofenderá o no la oirá. Cuando vea a otro triunfar se sentirá amenazado, pensará que no tiene lo que se necesita para llegar a ese lugar o que el otro le ha sacado una posibilidad. Las personas con mentalidad fija muchas veces son adictos al trabajo y al estudio y sí se desviven por lograr sus objetivos pero tienden a hacerlo desde el miedo a cómo lo percibirán los demás o para asegurarse un lugar en el medio donde se desenvuelven. No hay disfrute en ese gasto de energía porque la mirada está puesta en el afuera.

Mentalidad de Crecimiento

En contraste con la mentalidad fija tenemos la mentalidad de crecimiento. Las personas con este marco de pensamiento quieren aprender, los moviliza la curiosidad, persisten aunque se enfrenten a obstáculos, ven en todo una oportunidad de ser mejor y crecer. Hacen esfuerzos porque saben que así llegarán a la maestría de lo que los apasiona. No los mueve la mirada del otro sino la aspiración a ser mejores en todo sentido. Cuando reciben críticas entienden que es una devolución sobre su desenvolvimiento, no lo toman como un ataque personal. Escuchan porque es una posibilidad de ser mejor en donde se desempeñan. Cuando ven que otros triunfan se sienten inspirados, saben que si el otro pudo, ellos también podrán porque hay más que suficiente para todos. Les apasiona modelar a quienes admiran porque entienden que esa persona ya hizo un recorrido que ahora les servirá a ellos.

Todos tenemos un mix

Me parece importante aclarar que nadie tiene una mentalidad fija o de crecimiento al 100% sino que oscilamos de una mentalidad a la otra según la ocasión. Al respecto Carol Dweck dice:

“Todo el mundo es una fusión de mentalidad fija y mentalidad de crecimiento. Tu puedes tener de forma predominante la mentalidad de crecimiento en un área, pero puede igualmente haber cosas que disparen un rasgo de mentalidad fija. Algo realmente desafiante y externo a tu zona de confort puede desencadenar tu mentalidad fija o si encuentras a alguien que es mucho mejor que tú en algo que te hace sentir orgulloso, puedes pensar ‘Oh, esa persona tiene la habilidad no yo”.

Carol Dweck

La semana que viene voy a darte ejemplos de la vida real de estas mentalidades. Lo importante es que de a poco vayamos entrenando el musculo de una mentalidad de crecimiento, que empecemos a dejar de tomarnos las cosas a modo tan personal y que nos centremos más en los procesos y en dar lo mejor de nosotros, sin obsesionarnos con el resultado o como nos verán los demás. Ya verás como de a poco, la vida te sorprenderá y todo se alineará. Cuéntame que has aprendido, te leo.

Si sabes de alguien que necesite empoderarse con el conocimiento de las mentalidades, reenvíale esta publicación e invítalo/a suscribirse. Y recuerda que ahora también nos puedes escuchar en Apple Podcasts y Spotify.

Un fuerte abrazo ❤