Cómo resurgir cuando la vida nos golpea
Estamos llegando a la fase final del 2020 y en balance, ha sido un año difícil. El Covid nos hizo pausar de golpe, recluirnos, vivir con muchísima incertidumbre, y aceptar pérdidas que no veníamos venir – trabajos y estudios que cambiaron forzosamente de forma o que directamente se cancelaron, finanzas en tensión, amigos que se volvieron a sus países o pueblos de origen, gente querida que se enfermó y otros que partieron. Muchos saben que me tocó despedir a mi madre, y aunque no me gusta hablar del tema, lo traigo a colación porque ejemplifica perfectamente la sensación de desasosiego que significó despedirla en un contexto de tanta confusión, de congoja colectiva, de distanciamiento social, donde ni siquiera pudimos abrazarnos fuerte. Y sin embargo, aquí estamos de pie, con la frente en alto (a veces no tanto pero seguimos), intentándolo.
A estos procesos de re-emerger algunos le llaman resiliencia, otros ecuanimidad, yo, buscando una palabra sencilla, le pondría transformación. Este año nos ha demostrado que ante las catástrofes tenemos dos alternativas – o nos desmoronamos o nos reinventamos.
¿Qué hacer para no desesperar y cómo desarrollar esas nuevas actitudes? Podemos empezar por aceptar, nadie dice que es fácil pero es importante reconocer lo que sentimos y dejar que nos atraviese. Esto no significa que vamos a regocijarnos en nuestro dolor, todo lo contrario, lo vamos a observar para poder atenderlo. Luego capa por capa, bucear hasta nuestro interior y preguntarnos “¿qué me quiere enseñar esto? ¿Qué puedo hacer para aliviar lo que siento? ¿Cómo puedo reinventarme?”.
Es muy importante mantener la calma para hacer pie y oír la voz de nuestra brújula interna. Podemos “auto serenarnos” mediante la meditación, la contemplación, las respiraciones profundas, las caminatas al aire libre, siendo amables con nosotros mismos, y ese bienestar que vamos a ir sintiendo poco a poco dará lugar a la necesidad de cuidar nuestro cuerpo físico, comiendo de manera saludable, descansando y haciendo ejercicio. Hoy más que nunca la vida nos dice que necesitamos nuestro ser completo para levantarnos. Espero que en la quietud de la pausa, encontremos el coraje para seguir creyendo en la vida, para seguir adelante un paso a la vez y para que nos des-identifiquemos con lo que nos acontece y llamemos a las cosas por su nombre “estoy triste porque mi mamá falleció” pero yo no soy una persona triste. Me tengo que tomar unas vacaciones obligadas porque mi empresa no está trabajando pero no significa que soy dispensable.
Finalmente decir que en medio de tantos cambios y pérdidas siempre hay motivos para agradecer, y esa gratitud va a abrir un enorme espacio interior para hacerle lugar a todo lo que acontezca en nuestra experiencia. ¿Cuál es el trabajo interno que puedes hacer dentro del tapiz de tu existencia? Y espero que esto traiga alivio no solo en este momento sino en cualquier situación donde nos enfrentemos a desafíos y a lo desconocido. Un fuerte abrazo ❤
Transformarse
Aceptar
Trabajar sobre sí
Aquietar la mente
Cuidar el cuerpo
Des-identificarse
Agradecer