Cuando el pensamiento positivo es negativo 🤞
Hola …. ¿Qué tal?
Una amiga me dijo “…tengo miedo de que me esté pasando todo esto por vibrar bajo”.
Las dos compartimos el convencimiento que cuando uno está bien, las puertas se abren, atraemos lo que deseamos... ¿Pero qué pasa cuando la vida nos sorprende con una crisis?
¿Tenemos que reprimir nuestro miedo, angustia, o enojo porque si no el Universo nos castigará? ¿Hay que pensar en positivo todo el tiempo? 🤔
Puedes oír el podcast con este reproductor, o si prefieres la lectura tienes debajo una versión escrita. ¡Que lo disfrutes!
Les convido otra experiencia de una suscriptora que me escribió compartiéndome lo siguiente: “no sé qué pasa, repito mantras, medito, escribo mis afirmaciones, y aun así no llega mi trabajo”. Hemos intercambiado muchos correos con ella que quedarán entre nosotras pero la pregunta sería ¿basta con ser positivos y realizar afirmaciones para manifestar lo que queremos? Yo creo que cuando nos sentimos bien visceralmente podemos ver los carteles que nos indican hacia dónde ir y qué hacer. Pero hay que animarse a ponerse en acción para convertir nuestros deseos en realidad si no, es probable que nos quedemos en casa esperando mientras nadie se entera lo que tenemos para dar. ¿Y sabes qué? Cuando no te animas a compartir tus dones con los demás, es como si tuvieras una medicina súper poderosa pero no tuvieras las agallas para decir aquí está, y así ayudar a mucha gente que la necesita.
vibrar alto… ¿Cuándo?
Para ordenar un poco todo esto quiero enfatizar que el pensamiento positivo y las vibraciones altas son buenísimas si son auténticas y si son el desenlace natural de nuestro trabajo interior. ¿Qué quiero decir con esto? Que luego de una profunda indagación dentro de nosotros, donde nos relacionamos con la adversidad y las emociones que nos generan, aprenderemos las herramientas que incluyen utilizar nuestras fortalezas, el pensamiento constructivo, y las prácticas para nuestro bienestar. Si hacemos fuerza para vibrar alto, pensar en positivo, y así atraer lo que queremos, la mente no se lo creerá y empeorará lo que estamos atravesando. Cuanto más resistamos nuestra realidad emocional, más persistirá. La paleta completa de nuestras emociones viene a enseñarnos algo. Lo importante es aprender a vincularse lucidamente con las emociones más retadoras, en vez de taparlas o intentar arrancarlas.
Un cliente me dijo “pero yo quiero quitarme esto que siento” y ¡cómo no lo voy a entender!, ¿Quién no desea sentirse bien todo el tiempo? Pero mi propuesta fue trabajar juntos para observar su momento vital integralmente, ver que mensajes le trae, que necesita ser sanado, y como seguir adelante. Como dice Mat Licatta:
“Cada micro-momento de nueva percepción, comprensión y perspectiva debe integrarse, digerirse, honrarse y cuidarse con curiosidad y atención. Si no somos capaces de metabolizar nuestra experiencia más intensa y perturbadora, permaneceremos en oposición a ella, en una guerra sutil con ésta, y no podremos usarla como un aliado curativo”.
Mat Licatta
Dos cosas a las que estar atentos 👁️🗨️
Si creemos que solo debemos emanar energía, emociones y pensamientos positivos, incluso en los momentos de adversidad, vamos a estar haciendo dos cosas nocivas para nuestra experiencia.
Una es desacreditar nuestras emociones reales y sentirnos rotos, asustados y frustrados.
La otra es perder la oportunidad de aprender de nuestra experiencia y así adquirir el suministro interno para vivir con mayor bienestar.
La positividad tóxica
Las docentes Sokal, Trudel y Babb dicen que la positividad tóxica busca rechazar, negar o desplazar cualquier reconocimiento de estrés, negatividad y trauma y, en cambio, solo mira a través de gafas de color rosa. Por el contrario, una perspectiva positiva reconoce tanto los aspectos negativos y desafiantes como los marcos y caminos más optimistas. Entonces, abrazar lo que estamos sintiendo con amabilidad, observándolo sin juzgar, son fundamentales para aflojar la presión de que deberíamos estar sintiéndonos bien y no “mal” como nos encontramos. El miedo a atravesar nuestras ciertas emociones crea una opresión interna muy dura. Solo desde un lugar de empatía hacia nuestra experiencia, podremos empezar a experimentar una apertura en el pecho, la deseada paz mental, abundancia y felicidad.
Compasión y aceptación
Gabby Bernstein, a quien le tengo un gran cariño, y quien comparte sus aprendizajes sobre el libro Un Curso En Milagros, no nos dice, elimina lo que sientes o atraerás cosas malas. Nos dice: se compasivo, acepta tus emociones y pide a Dios, el Universo, o como quieras llamarlo, que te ayude a sentirte en paz o algo aún mejor. Y ¡ojo! con todo esto no quiero decirte, se pesimista, alimenta tus pensamientos negativos. No, al contrario. Lo que quiero decir es que tanto si hay una urgencia a sentirse bien aun cuando la vida nos golpea como cuando estamos anclados en un bucle de negatividad, lo importante es trabajar sobre uno mismo, para ver que nos quieren decir ambas posturas. Y como dije al principio, un día alineamos nuestra mente y nuestro corazón, nos sentimos agradecidos, y se nos dibuja una sonrisa sincera en la cara. Salimos a la calle y la gente parece ser más amable, y nos sentimos tan bien que vemos la mitad del vaso lleno. Eso es contagioso, atractivo y genuino.
Espero que te haya gustado esta publicación. Si conoces a alguien que le pueda hacer bien, invítalo a suscribirse, de esta manera tenderemos puentes para ayudarnos los unos a los otros.
Un fuerte abrazo ❤