No te traiciones

 
 

Hola …. ¿Cómo estás hoy?

Alguna vez te dijeron…

👺“Eres demasiado sensible, no se te puede decir nada”
👺“Vives en medio de un caos, por supuesto que vas a perder todo”
👺“Estás un poco gorda / muy flaca, te falta glamour, haz algo si quieres tener una pareja”
👺“Este niño es muy inquieto, ¿está seguro que no tiene TDAH?”
👺“¿Otra vez estás angustiada?”....

¿Cómo respondes ante esas situaciones?

Puedes oír el podcast con este reproductor, o si prefieres la lectura tienes debajo una versión escrita. ¡Que lo disfrutes!

 
 
 

Mi experiencia

Una y otra vez se escuchan estas frases, que lamentablemente no pasan de moda. Yo cuando era chica fui una de las tantas a las que le dijeron “¿otra vez estás llorando? pero si no es para tanto” (Esto dicho con cara de hartazgo y grave preocupación). La verdad, que la entrada a la adolescencia me dejaba en un lugar muy vulnerable. No entendía que estaba haciendo la transición de niña a adolescente. No entendía que mis hormonas estaban revolucionadas o cambiando. No entendía cómo era ese mundo donde dejamos de jugar para ser un poco más atrevidos y un poco más adultos. Mi sensibilidad estaba a flor de piel y a veces al menor comentario o actitud que me dolía, lloraba. Aún me veo, solita y en silencio sollozando, pero mi madre siempre se daba cuenta y ahí empezaba el interrogatorio.

Para cualquiera que me mirase desde afuera lo tenía todo – una familia unida, muchos amigos, buenas calificaciones, cariño en el mundo donde me desenvolvía, y bienestar material – pero dentro sentía un caos que me angustiaba porque no lo entendía y me hacía sentir diferente a los demás (algunos años después, hablando sobre eso con amigos me enteré que no era la única). Encima se si supuestamente tenía todo, tampoco tenía derecho a sentirme tan sensible. Es por eso que cuando me preguntaban por qué estaba llorando contestaba con evasivas. Era tanto mi pavor por desilusionar y por ser desaprobada que empecé a disimular, metí mi vulnerabilidad bien debajo de la alfombra y empecé a sonreír para el afuera.

El mensaje detrás de las frases

Detrás de cada una de las frases de arriba, hay un mensaje subliminal hacia el que lo recibe que lo avergüenza, repudia y desautoriza. Es algo así como “deshazte de todo eso, es agotador, supéralo de una vez”. 

“EN UN SISTEMA TAN CARENTE DE INTELIGENCIA EMOCIONAL Y/O EMPATÍA, ES FÁCIL AUTO CONVENCERSE DE QUE ESTAMOS ROTOS, DE QUE ALGO ANDA MAL DENTRO DE NOSOTROS”

Georgina Hudson

¿Cómo solemos responder a eso? Auto culpabilizándonos, auto etiquetándonos y escondiéndonos. Después de todo, es más fácil y seguro eso que aceptar que nuestra sensibilidad no es bien recibida por nuestro círculo más cercano.

Nos hemos auto impuesto parámetros que hemos mamado de la cultura

Hasta los adultos mejores intencionados pueden habernos empujado a tapar lo que sentíamos, otras lo hicimos por motu proprio cuando nos comparábamos con el entorno, y todo ese sentir quedó desatendido. Nos hemos auto impuesto parámetros que hemos mamado de la cultura, que nos vende que solo siendo felices 24/7 o teniendo tal o cual actitud o cosa vamos a poder lograr lo que nos proponemos. Y no quiero olvidarme de la narrativa interna basada en nuestras infancias y/o adolescencias dolorosas: “es que yo no sirvo para esto”. Pero es hora de poner un límite y de integrar todas nuestras partes y eso es posible desde un lugar de profunda auto-compasión y no de auto-rechazo.

A trabajar 🚧

El trabajo sobre sí empieza por pausar y acallar las voces de reprimenda del afuera y del adentro, aceptando todo lo que nos pertenece y haciéndonos cargo para poder atender la parte nuestra que más nos requiere. Podemos criarnos a nosotros mismos como nos hubiera gustado que lo hayan hecho cuando éramos pequeños. Me hace acordar a mis hijos cuando vuelven a casa agobiados. Yo no puedo exigirles que se repongan y que se calmen en ese momento. Yo solo puedo ofrecerles mi corazón y mi presencia consciente, los abrazo y los espero. Solo así salen del trance y comienzan a expresarse llorando y/o hablando, como sea, y ahí empezamos a indagar para sanar. 

El trabajo sobre sí, no siempre es alegre y calmo, hay que ser muy valientes y persistentes pero la recompensa siempre es grata.

Dentro nuestro hay un universo que quiere ser revelado pero solo nos susurrará las respuestas desde un lugar de apertura y gentileza de nuestra parte.

En el centro de nuestro ser conviven lo que ha sido silenciado y olvidado junto con nuestra sabiduría y creatividad más grandes. Solo cuando nos atrevemos a asistir y reorganizar todas esas partes con amor, podemos brillar fuertemente de dentro hacia fuera, y tomar las acciones necesarias para lograr nuestros objetivos desde un lugar inspirado.

¿Cuáles son las etapas concretas del trabajo interno que podemos hacer?

  1. Reconocer lo que nos sucede

  2. Aceptar nuestras emociones sin juzgarnos

  3. Hacer el trabajo sobre sí (capa por capa)

  4. Buscar aquietar la mente en el proceso

  5. Cuidar nuestro cuerpo (el descanso, la alimentación y el ejercicio apropiado)

  6. Agradecer (piensa todos los motivos que tienes para hacerlo y saborea esa gratitud)

Espero que te haya gustado este artículo. Si conoces a alguien que le pueda hacer bien, reenvíaselo e invítalo a suscribirse.

Un fuerte abrazo ❤