¿Alguien me explica qué es el famoso “Mindfulness”? (Parte 1)

 
 

Hola …. ¿Cómo estás hoy?

Este podcast está inspirado en un cliente que me dijo “quiero empezar a practicar el mindfulness ese que está tan de moda en nuestras sesiones”. Lo cuento con una sonrisa en la boca y con mucha luz en mis ojos porque que mis clientes me pidan que dediquemos parte de sus sesiones al Mindfulness a mí me hace el día.

La atención plena es una práctica milenaria que tiene sus orígenes en el Budismo, el Zen, el Yoga, y el Hinduismo. De todas formas, el mindfulness se hizo súper popular en occidente porque se empezó a aplicar dentro de un programa de reducción del estrés, referente de la medicina mente-cuerpo, reconocido por el Instituto Nacional de Salud de USA y por la Psicología Humanística y Transpersonal, que es la que yo he estudiado a fondo y con la que comulgo.

Puedes oír el podcast con este reproductor, o si prefieres la lectura tienes debajo una versión escrita. ¡Que lo disfrutes!

 
 
 

Mi experiencia con el Mindfulness

Yo llegué al Mindfulness a los tumbos como a tantas otras áreas de mi vida. Hace unos 14-15 años atrás estaba pasando un momento muy difícil de mi vida porque a la alegría de ser madre mi primer hijo la opacaba un cansancio bestial y una incapacidad muy grande para concentrarme. Sinceramente recuerdo mirarme en el espejo y tener unas ojeras bestiales, dormir bien porque mi hijo me lo permitía e igual levantarme cansada, e ir arrastrándome por la vida haciendo malabares para usar mi poca energía en cuidar de mi bebé y trabajar casi full time. Me encontraba triste, muy juzgona conmigo misma, muy atenta al qué dirán si me despistaba en el trabajo con esa fatiga atroz, y triste por no poder disfrutar de los primeros meses de mi hijo, y mucho menos de mi pareja. Mi energía era como una llamita que ardía bajito. Yo había intentado meditar muchas veces desde los veinte y pico de años pero tenía la falsa idea de que tenía que suspender mis pensamientos y lograr poner mi mente en blanco, algo que mi mente de mono, saltando de aquí para allá, encontraba imposible. Sin embargo, de pura casualidad vi un documental sobre el Mindfulness que me conquistó porque la propuesta era simple y fácil de aplicar.

Mindfulness, un modo de vida

Ante todo el Mindfulness es un modo de vida. La práctica de la meditación diaria es importante para vivir con atención plena pero el Mindfulness es mucho más vasto que la meditación. Se trata de desarrollar una presencia que observa nuestra propia experiencia sin juzgarla. Es aprender a vivir desde el amor incondicional a uno/a mismo/a, notando lo que nos pasa aquí y ahora con mucha auto-compasión. Desde las primeras sesiones con mis clientes, por ejemplo, les pido que se observen, que tomen nota de cómo se comportan y sienten sin ningún tipo de auto-reprobación. Es impresionante el espacio interior que se abre y expande cuando somos capaces de observar sin reaccionar. Justamente, este es otro pilar fundamental del mindfuness, es decir, tener la capacidad de pausar antes de reaccionar por defecto con nuestros pensamientos, patrones, y hábitos antiguos. Esto nos conecta mucho con nuestro Yo más lúcido, con nuestra sabiduría ancestral, con la vida palpitante, y con el amor por todo lo que es. Y también nos avisa cuando es necesario poner unos límites y cuidarnos.

Un ejemplo: mi yo del pasado

Yo era aquella que vivía a toda velocidad haciendo malabares entre la crianza, el trabajo, mi pareja, la actividad física, y mis amigos, la que se sentía atacada cada vez que alguien le sugería ir más despacio, emprender menos cosas, o tomarse tiempo para descansar. Lo primero que hacía era reaccionar con una mala contestación a todo aquel que me hacía ese tipo de comentarios. Ahora que lo pienso la que más me los hacía era mi pobre madre, que en paz descanse. La rapidez en la que vivía me desconectaba con mis verdaderas necesidades y me dejaba en un estado híper vigilante – siempre intentado ir a por más logros y evitando a toda costa que la vida me golpee. En vez de vivir de adentro hacia afuera, vivía de afuera hacia dentro. Cuando alguien me decía “¿no te estarás pasando?” lo interpretaba como que me querían cortar las alas, dominar o controlar y eso me ponía loca. ¿Pausaba? ¿Observaba mis emociones, sensaciones, pensamientos? Para nada. De hecho, siempre me jactaba de ser de contestación rápida. El Mindfulness me enseñó que yo necesito moverme más lento de lo que hacía por la simple razón que cuando corro de aquí para allá, me desconecto del presente y cuando eso sucede me empiezo a perder en el futuro. Y el problema es que cuando mi mente queda atrapada en lo que imagino que vendrá, suelo asustarme con miedos anticipatorios y pensamientos que nada tienen que ver con la verdad.

Resumen de la Parte 1

En esta primera parte sobre el Mindfulness resumiría diciendo que es la capacidad de reparar en lo que nos sucede a cada momento aprendiendo a traernos a la realidad del presente con amor y amabilidad. Es emprender un camino hacia nuestro interior, hacia nuestra esencia y corazón. Cuando soy capaz de habitar mi cuerpo con presencia y atención plena, logro tener mayor discernimiento para atender lo que me sucede en mi mundo interior y exterior con amabilidad, cariño, y valentía.

Espero que te haya gustado esta primera parte sobre el mindfulness. La segunda te convidaré acciones concretas. Si sabes de alguien que esté necesitando esta publicación reenvíasela. Esta es una manera muy simple de tender puentes para acompañarnos y ayudarnos los unos a los otros. Los que hacemos el blog te agradecemos tu recomendación y valoración en cualquiera de las plataformas que nos estés escuchando.

Un fuerte abrazo ❤