¿Por qué no me quise más?

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Me miro sonriendo hace unos cuantos años atrás y me pregunto por qué me tenía en tan baja estima. Me decían algo bonito y yo salía con un “es que tu me quieres… no puedes hablarme objetivamente … te parece … no, qué va” Me miraba al espejo y siempre me encontraba algo que rechazaba. Tejía mi día a día con amor hacia los que formaban el entramado de mi vida personal y profesional, pero no me valoraba lo suficiente.

Siempre estaba cansada, siempre iba detrás del próximo objetivo. ¿Fuerte? Y sin embargo, la realidad de muchísimas mujeres (y hombres) atrapad@s en un cultura perversa que realza una imagen de belleza lejos de la persona real y mucho más lejos aún del autoconocimiento, presionándonos con una eterna lista de lo que debemos hacer.

Hoy me miro y digo “qué linda que era, qué pena que fui tan dura conmigo misma” “cuánto amor en mi mirada, ¿por qué no fui tan compasiva conmigo como lo era con los demás?”. Tara Brach reflexiona que “cuando nos vemos atrapados en el trance de no sentirnos válidos, no reconocemos claramente lo que está pasando dentro de nosotros, ni tampoco sentimos bondad hacia nosotros mismos”. Voy a reformular la pregunta del encabezado:

¿Para qué no me quise más?

Para un día a la vez despertar y sentirme una con el mundo, para aprender a meditar, para poder adentrarme en el camino del autoconocimiento desde otro ángulo, para estar atenta a mi interioridad y atender mis heridas con mucha amorosidad, para poder darle la mano más lucidamente a otros que están atravesando algo parecido, para ir más allá de mi construcción del deber ser y vivir más liviana.